Un remedio muy conocido para mantener nuestros dientes blancos son las fresas. La pulpa de las fresas es beneficiosa para las encías y elimina las manchas. Para ello trituraremos unas fresas grandes y, con la ayuda de un cepillo dental, extenderemos la pulpa por las encías y por los dientes suavemente. Nos enjuagaremos con agua tibia y una pizca de bicarbonato. Este proceso debemos realizarlo al menos una vez al día, y veremos cómo gradualmente nuestros dientes se tornan más blancos.
La canela, además de ser afrodisíaca, también tiene numerosas propiedades para el blanqueamiento y cuidado de los dientes. Para ello, mezclaremos dos cucharadas de canela en polvo y un poco de sal. Añadiremos agua a la mezcla hasta obtener una pasta homogénea. Frotaremos los dientes con ella a diario, y, de forma gradual, veremos sus efectos en nuestra sonrisa.
La cola de caballo es beneficiosa, en especial, para las manchas de nicotina. Nos enjuagaremos a diario con infusión de cola de caballo, y así mantendremos la boca desinfectada, los dientes blancos y las manchas de nicotina a raya.
Un remedio muy usado es mezclar en un recipiente la dosis habitual diaria de nuestra pasta de dientes, unas gotas de agua oxigenada y una pizca de bicarbonato de sodio. Mezclamos bien hasta conseguir una pasta uniforme y homogénea para aplicárnosla suavemente y en pequeños círculos. Debemos repetir este proceso tres veces al día. No debemos abusar de este remedio, ya que podría dañar nuestro esmalte.
Que dientes más blanquitos voy a tener...
Un Saludo y hasta pronto!
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